Querida Amabel: Hace tres años acudí a tí en busca de consejo y encontré mucho màs que ello; encontré una vidente acertadísima y un ser humano increible y muy positivo. Gracias por haberme acompañado durante estos años, ayudándome a descubrir mi camino y calmar mis penas. Eres como una hermana para mí, como una madre!! Siempre aciertas en todo y siempre estás conmigo, en las buenas y en las malas. Qué bendición haberte encontrado a tí en mi camino. Dios te devuelva en vida todo el bien que brindas!!

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